domingo, 28 de septiembre de 2014

Nuevas noticias desde París

Nuestro día ha empezado a las 7,30 h. du matin. Después de unas tostadas calentitas hemos salido rumbo a la Tour Eiffel, esperado una queue de más de media hora y en menos de lo que canta un gallo estábamos en la segunda planta de esta descomunal construcción. Pero no conformes con divisar París desde ciento y pico metros de altura, nuestros aventureros han tomado el siguiente ascensor hasta la Cima. Veremos las fotos. Aquí os dejamos otras pisando tierra firme.

Miles de corredores allí congregados, que desde las alturas no parecían más grandes que un grano de sal nos envolvían entre oleadas una vez bajamos. Igualados ya en tamaño, y con los pulmones repletos de aire parisino, nos hemos abierto paso (codazo, pardon) entre tanto atleta con destino a Versalles para dirigirnos a la Plaza de la Concorde. Allí estaba el obelisco traído por Napoleón que hoy sigue presidiendo  esa explanada franqueada por palacios y surtidores, además para nosotros con agua fresca en otro día soleado. 

En la siguiente etapa alcanzamos el tercer arco enfilado con el de La Défense, l’Arc de Carrousel. Así llegamos al museo del Louvre, y como vemos en la fotografía, la pirámide de cristal les gustó. Atravesamos el jardín de Les Tuleries para hacer hambre y por el puente de los candados entramos en el Quartier Latin. Comida libre, algunos quebac, otros pizzas, otros mejillones… Y preparados para l’ après-midi. Los ánimos eran buenos y los aprovechamos para disfrutar de Notre Dame, con el mismo espíritu visitamos l’ Hôtel de Ville, le Marais (antigua judería parisina) y la Place de la Bastille.

Ganado ha estado el descanso en la plaza más antigua de París, la misma en la que Víctor Hugo residió, ahora armonizada con sopranos y un quinteto de cuerda que nos permitió disfrutar mucho más de este tranquilo emplazamiento.

Mañana nos vemos de nuevo.